Casi un centenar de paquidermos y tres rinocerontes blancos, han sido encontrados en Bostwana muertos y mutilados.
Según explicó Mike Chase, de Elephants Without Borders, en una entrevista para la BBC: «Estoy impresionado, estoy completamente asombrado. La escala de la caza furtiva de elefantes es de lejos la más grande que he visto o leído sobre cualquier lugar de África hasta la fecha».
“Si comparamos estas cifras con el Gran Censo de Elefantes de 2015 estaríamos hablando del doble de la mayor cacería ilegal de la que se tiene noticia históricamente«.
Tras comparar las cifras del último censo realizado en 2015, se estimó que una tercera parte de los elefantes de África fueron victimas del furtivismo en la última década. De hecho, se cree que la mitad de los paquidermos de Tanzania habrían muerto durante los últimos cinco años.
Actualmente unos 130 mil elefantes viven en Botsuana, por lo que el país se considera el último santuario de elefantes en África, empujados por la caza de marfil que acabó lentamente con las manadas del resto del continente.
Curiosamente, este hallazgo coincide con el desmantelamiento en primavera de la unidad anti caza de Botsuana, hecho que ocurrió un mes después de que el presidente Mokgweetsi Masisi tomara el poder.
«Nuestro nuevo presidente debe defender el legado de Botsuana y abordar este problema rápidamente. El turismo es vital para nuestra economía, el empleo y hasta nuestra reputación internacional”, manifestó el representante de la ONG.
Demasiados intereses enfrentados, están haciendo que el mayor de los mamiferos terrestres vea su población debilitarse únicamente por la codicia que despierta sus colmillos.