La demanda social y el estudio de energía alternativa se ha convertido en una opción cada vez más común, y a un precio cada vez más barato de lo que solía ser, y que poco nos hacían plantearnos despedirnos de nuestras compañías eléctricas.
De hecho, siguiendo las lineas del diseño minimalista y las nuevas tendencias en estilo, los paneles solares son tratados como objetos estéticamente agradables pudiendo concluir por tanto que son artículos de moda.
¿Quién no ha tenido una calculadora con sistema fotovoltaico que te permite olvidarte por completo de las pilas? ¿Porqué no aplicarlo en el resto de aparatos? ¿Porqué no instalarlo en nuestras casas?
A pesar de que el impacto ambiental de esta opción es prácticamente cero, su impacto arquitectónico no es idéntico y por ello una de las soluciones más favorables son las tejas fotovoltaicas. Están hechas de arcilla o pizarra, losas naturales con pequeños paneles solares colocados de cara al sol. Son fáciles de instalar y tienen un rendimiento energético lo suficientemente alto. Otra opción son tejas solares transparentes, que tienen un impacto quizás menos estético. Son resistentes a la intemperie y tienen características similares a las tejas tradicionales, con la única diferencia del material utilizado: plexiglás o PMMA, que permiten una incidencia del 90% de luz natural.