Sudán es el último macho de rinoceronte blanco (Ceratotherium simum cottoni) del planeta. Si no se reproduce con éxito pronto con una de las dos hembras de Ol Pejeta Conservancy (centro de conservación de especies en Kenia), pasará de ser un emblema mundial a una especie a recordar.
Custodiado las veinticuatro horas del día por hombres fuertemente armados, evitan que Sudán sea presa de furtivos atraidos por su debastadora situación que por desgracia lo convierte en preciada cinegéticamente y es que su interés radica en su cuerno que de inmediato sería extraido para el mercado de la medicina asiática.
Y es que Sudán es un viejo guerrero de 42 años con fuertes huesos y arrugada coraza que a pesar de su grosor, son sus tristes y profundos ojos negros los que delatan a un todavía poderoso pero vulnerable rinoceronte que pasea con sus guardas por la reserva .
Esta fotografía es una prueba de la crisis de la fauna salvaje. El rinoceronte blanco ha sido objetivo de cazadores casi hasta la extinción – a pesar de todas las precauciones necesarias, a pesar de estos guardias y sus armas – pero no es la única especie de rinoceronte en esta situación, otras variedades de rinocerontes africanos están bajo un ataque continuo de los cazadores furtivos y fuera de control. Ejemplo de ello es el rinoceronte de Java (Rhinoceros sondaicus) también al borde de la extinción. India ha logrado proteger el rinoceronte de la India después de que fue casi exterminado por los cazadores británicos en la época colonial, pero incluso en este caso, la caza furtiva es una amenaza. ¿Qué criatura terrestre puede preferir ver un animal tan bello y majestuoso decorando una pared, a verlo corriendo en su propio entorno?